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Abren la puerta del PRI para Elba

CREDITO:
Alberto Aguirre M.

¿Humberto Moreira, una estrella más del Canal de las Estrellas? En horario AAA, el Gobernador de Coahuila confesó al periodista Joaquín López-Dóriga que quiere ser Presidente Nacional del PRI.
Hasta diciembre será cuando se emita la convocatoria para elegir al relevo de Beatriz Paredes Rangel, pero el profesor saltillense se declaró listo para la contienda. “Se va a abrir la oportunidad para quienes somos priístas, tenemos militancia y hemos trabajado por el partido”, puntualizó, “yo deseo contribuir a revitalizar al partido, a defenderlo, a trabajar con las estructuras… a fortalecerlo, con miras a la elección del 2012”.
A este prematuro autodestape proseguirá, si se consolidan estas pretensiones, la renuncia de Moreira Valdés al cargo que actualmente detenta. Conforme lo planeado, el 1 de diciembre presentará su Quinto Informe de Gobierno y dirá adiós, justo a tiempo para dejar a un leal interino y no pasar por el trago amargo (¿?) de ver cómo su hermano mayor se convierte en candidato a la gubernatura.
En el 2005, Rubén -actualmente diputado federal– fue el coordinador de la campaña de Humberto. Podría ser que un sexenio después, se revirtiera la situación. Curiosidades aparte, los Moreira Valdés han activado uno de los planes más ambiciosos de la política contemporánea y cuya concreción implica, ni más ni menos, el regreso de Elba Esther Gordillo a las filas del tricolor.
La Presidenta Vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación perdió sus derechos como militante del PRI en julio del 2006, no obstante que quiso impedir su expulsión, incluso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial. También es cierto que no ha solicitado su incorporación a otra fuerza política, ni siquiera al partido Nueva Alianza, al que pertenece su hija, Mónica Arriola, y han dirigido cercanos suyos, desde Miguel Ángel Jiménez hasta Jorge Kahwagi.
Los desencuentros de La Maestra fueron con Roberto Madrazo, no con todo el PRI. Desde el 2005 se han acumulado evidencias de los nexos de Gordillo Morales con casi todos los gobernadores priístas, con quienes trata con frecuencia, por los asuntos magisteriales. De todos ellos, dos son muy cercanos: Moreira Valdés, quien antes de ser Gobernador pasó prácticamente por todos los cargos burocráticos del sistema educativo de Coahuila, y el hidalguense Miguel Osorio Chong.
Ahora mismo, salvo algunos priístas cercanos a Ulises Ruiz, hay pocos priístas que guarden especial animadversión hacia la lideresa de los maestros. En cambio, tirios y troyanos reconocen la valía de su estructura electoral, que en los últimos años puede presumir de un récord casi perfecto, salvo las elecciones de Yucatán -donde trabajaron, sin éxito, para el PAN– y de Sinaloa, una elección atípica, por la injerencia del crimen organizado- en la jornada comicial.
Desde que inició el sexenio, la alianza entre Elba Esther y el calderonismo se ha visto en riesgo, sobre todo por la oposición de un sector del panismo tradicional. Salvo algún nexo que aún mantiene con el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, La Maestra ya no cuenta con aliados dentro del gabinete federal y dos hechos recientes hacen pensar que buscará nuevos aires para el 2012: sus cuestionamientos públicos contra Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio -en lo que nunca ha confiado del todo– y la negativa de Nueva Alianza de involucrarse en la coalición opositora que buscará derrocar al Grupo Atlacomulco en el Estado de México.
Este guiño a Peña Nieto ha caído muy mal en la cúpula panista, que ya exigió a los operadores electorales del calderonismo cancelar cualquier contacto con las huestes del magisterio.
Si decidiera por sus afectos, Gordillo Morales optaría sin dudar por Marcelo Ebrard. Como el futuro electoral del Jefe del Gobierno del Distrito Federal se ha visto empañado por los afanes lopezobradoristas, lo mejor es apostar a lo seguro. Y lo seguro en este momento para La maestra es apostar en Moreira Valdés, luego de que ambos vencieran desconfianzas mutuas.
Hasta ahora, lo único seguro es que el Gobernador de Coahuila dejará en dos meses, a más tardar, su cargo. ¿Llegará a la dirigencia nacional del PRI? Eso depende de lo que decidan los gobernadores y de que Emilio Gamboa Patrón decida competir en la interna tricolor.
En el PRI, ni duda cabe, Moreira Valdés reabriría las puertas del partido a Elba Esther Gordillo. Si la “nomenklatura” decidiera otra cosa, tendría un premio de consolación: la Secretaría General del SNTE, vacante desde que el profesor Rafael Ochoa Guzmán decidió regresar al Senado.
EFECTOS SECUNDARIOS
ECOS ALIANCISTAS. En el último intento por reconciliar al calderonismo con el SNTE, surgió la propuesta de sacar a Reyes Tamez de San Lázaro para integrarlo al gabinete federal. Eso se pactó hace un mes, pero nada ha pasado. Mientras, se explora que Roberto Campa llegue a la dirigencia de Nueva Alianza.

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