Conste, las protestas callejeras harán que el PRI arrase en las elecciones de 2015
Autor: Federico Arreola
Fuente: SDPNoticias
Fuente: SDPNoticias
Roberto Zamarripa, en Reforma, ha contado que “el diario brasileño Folha
de Sao Paulo produjo recientemente un documental titulado ‘Junio’,
sobre las protestas por el alza de transporte en Brasil, en 2013. El
enorme gasto en estadios de futbol para la Copa Confederaciones y la
Copa Mundial catalizó el enojo. La corrupción y el dispendio, como
aquí”.
Para el periodista de Reforma, “las escenas de ‘Junio’,
guardando todas las proporciones, marcan un espejo mexicano. De cómo
crecen las protestas, de los desmanes que encabezan anarquistas y de la
irracional represión policiaca”.
Pero lo más sorprendente, sigo citando a Zamarripa, está en que
“paradójicamente, tras las protestas masivas e incendiarias el gobierno
no cae sino se reelige, con erosión de por medio. ‘Junio’ es nuestro
noviembre. Duras lecciones”.
Pronto, a mediados de 2015, habrá elecciones en México. Se renovará
la Cámara de Diputados y en algunas regiones la gente elegirá
gobernadores, presidentes municipales y legisladores locales.
Será una especie de referéndum sobre el gobierno del presidente
Enrique Peña Nieto. Si el PRI gana, ganará EPN. Si el PRI pierde, Peña
Nieto perderá.
Antes de los escándalos recientes, el PRI en todas las encuestas vencía al PAN, al PRD y a Morena.
Inclusive donde el PRI tiene menos fuerza, el Distrito Federal, por
la división de la izquierda –el PRD y Morena se van a destrozar en todas
las delegaciones– los priistas registraban crecimientos importantes.
¿Qué tanto afectan a los partidos políticos todas esas marchas, los edificios incendiados, la amenaza de bloquear aeropuertos?
Perjudican, sobre todo, al PRD y a Morena, que son los partidos con los que la gente identifica a los manifestantes.
Por lo demás, fueron gobernantes del PRD aliados a Morena los que
provocaron la tragedia de Iguala-Ayotzinapa. Abarca, pero también
Aguirre y Mazón, serán usados por el PRI y el PAN en las campañas de
guerra sucia contra la izquierda; campañas de desprestigio que, por
cierto, ya son legales.
No es lo único que arruina a la izquierda.
La balacera en la UNAM se dio por una diligencia que realizaba la
policía investigadora del GDF, que es el gobierno que más presume la
izquierda en las elecciones.
Al PRI también le perjudica lo que está pasando, claro que sí. Es el
partido en el poder a nivel federal y no puede eludir su
responsabilidad.
Pero lo que el PRI pierda por no lograr imponer el orden, lo va a
recuperar gracias al miedo que tantos manifestantes han sembrado en toda
la población.
El miedo genera abstencionismo que, como se sabe, siempre beneficia al partido que tiene más consolidado su voto duro, el PRI.
En una situación como la actual –de un lado, la izquierda dividida y
en gran crisis tanto por sus malos gobiernos como por la violencia de
sus simpatizantes; del otro, el PRI en problemas por la percepción de
caos generalizado–, si se diera una elevada participación ciudadana en
las elecciones, el PAN se quedaría con las gubernaturas más importantes y
con más diputados que los otros partidos.
El problema, para el PAN, es que el miedo que cultiva la izquierda
aleja a los electores de las urnas y esto, ni hablar, favorece al PRI.
Si las protestas continúan, pero sobre todo si las acciones de los
inconformes suben de tono –por ejemplo, con serios intentos de bloquear
los accesos al aeropuerto de la Ciudad de México– menos gente va a ir a
votar en 2015 y, por lo tanto, mayor será la ventaja que el PRI consiga
en las elecciones.
Lo saben, pues, los apasionados izquierdistas felices por las
protestas de noviembre: mientras más asustan a los ciudadanos mexicanos,
más favorecen al odiado PRI. Sobre aviso no hay engaño.
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