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Peña y Beltrones: acuerdo en La Pigua

Autor: Por José Ureña I Septiembre 17, 2015 I 1:26 am
Fuente: Teléfono Rojo

Francisco Hernández Romero lo recuerda bien.

Tanto como el senador Héctor Yunes.

Empresario el primero, delegado priista el segundo en los tiempos de esta crónica, fueron testigos de un encuentro privado tal vez definitivo para la historia de México.


17 de octubre de 2011.

Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones fueron invitados a Campeche por la Fundación Colosio para presentar sus respectivas propuestas de gobierno.

Se especulaban divergencias entre ellos y no pocos críticos esperaban un rompimiento, con el consecuente efecto electoral de 2012.

Pese a esos dichos, ese 17 de octubre de 2011 viajaron juntos de Toluca a Campeche en un jet privado cuyo aterrizaje debió posponerse por problemas de nubosidad, reportó la prensa local.

A la hora de la comida, los dos ingresaron a un reservado del restaurante La Pigua y sólo ellos saben lo hablado y lo convenido, mientras en el área abierta al público esperaban otros políticos: Emilio Gamboa, el beltronista Marco Antonio Bernal, el propio Yunes

Al llevar el servicio, el propietario Francisco Hernández Romero veía a dos hombres relajados y diríase joviales.

–Gracias por visitar mi restaurante.

–¿Quién ha venido más? –oteó Beltrones.

–Usted –le dijo a Beltrones–: cinco veces, y tres usted, licenciado Peña… ¿Me puedo tomar una foto con ustedes?

–Claro –le contestaron. Beltrones posó y el anfitrión debió jalar un poco a Peña Nieto para estar juntitos los tres.

A PARTIR DE ENTONCES SÓLO ACUERDOS

Fueron horas, recuerdan los testigos.

Los dos hombres de Estado agotaron el temario y comprometieron la palabra antes de salir en silencio.

Pasado un rato, Héctor Yunes, a la sazón delegado priista, preguntó a su amigo Manlio Fabio Beltrones:

–¿Cómo te fue?

–Más o menos… –reflexionó y corrigió: – Bueno, más que menos.

Nada más ha trascendido.

Pero después de aquel encuentro Beltrones prometió no ser obstáculo para la unidad priista, adherirse a quien iba adelante en las encuestas –alusión tácita a Enrique Peña Nieto–, buscar sus propios espacios para su vida política…

Y no hubo duda: el candidato presidencial sería Peña Nieto.

Sólo ellos saben si en aquel encuentro hicieron un proyecto de mayor aliento, yo en la presidencia y tú me ayudas en la Cámara, pero vamos.


Y si no lo acordaron, sí fue el principio de un entendimiento con la patria y el partido de fondo y, quién lo duda, las elecciones en 12 estados del año próximo, la del Estado de México y Nayarit en 2017 y la Presidencia en 2018.

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