De la fiscalización de los recursos de los partidos políticos, las narco elecciones, visitas en campo y otras cosas Ayax Miguel Landa López
Ya el 15 de agosto del presente año, en entrevista que me realizó El Punto Crítico, hablábamos del peligro latente que existe para las elecciones del 2012 por el posible ingreso de recursos ilegales provenientes, entre otros que no el único, del narcotráfico. Mencionamos de la existencia de la Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos del Instituto Federal Electoral, que tiene entre otras atribuciones regular el registro contable de los ingresos y egresos de los partidos políticos nacionales, las características de la documentación comprobatoria sobre el manejo de sus recursos y establecer los requisitos que deberán satisfacer los informes de ingresos y egresos que le presenten; vigilar que los recursos de los partidos tengan origen lícito; recibir los informes trimestrales y anuales, así como de gastos de precampaña y campaña, de los partidos políticos y sus candidatos; ordenar la práctica de auditorías, directamente o a través de terceros, a las finanzas de los partidos políticos; ordenar visitas de verificación a los partidos políticos con el fin de corroborar el cumplimiento de sus obligaciones y la veracidad de sus informes, así como, también de las organizaciones de ciudadanos que pretendan obtener registro como partido político, de ingresos y gastos que le presenten las agrupaciones políticas nacionales y las organizaciones de observadores electorales; tiene atribuciones para acceder al secreto bancario, fiduciario y fiscal y ser conducto para que las autoridades locales superen las limitaciones de los secretos antes mencionados.
A pesar de que tiene esta Unidad la atribución de celebrar convenios de coordinación con las autoridades competentes en materia de fiscalización de los recursos de los partidos políticos en las entidades federativas, se ha hecho poco, muy poco o casi nada en resultados por ingresos de recursos ilícitos, que a decir verdad, no es tarea fácil y requiere de mucha imaginación y creatividad para ser eficaces en la materialización de los supuestos jurídicos en esta materia.
Con la reforma electoral 2007-2008, las cuentas, fondos y fideicomisos que se constituyan serán manejados mediante las operaciones bancarias y financieras que el órgano responsable del financiamiento de cada partido político considere conveniente, pero sólo podrán hacerlo en instrumentos de deuda emitidos por el gobierno mexicano en moneda nacional y con plazo no mayor de un año.
Los rendimientos financieros obtenidos mediante esta modalidad deberán destinarse al cumplimiento de los objetivos del partido político, y la suma que cada instituto puede obtener anualmente de los recursos provenientes de esas operaciones y mediante colectas realizadas en mítines o en vía pública, no podrá ser mayor a 10 por ciento anual del monto establecido como tope de gasto de campaña para la elección presidencial inmediata anterior.
Decíamos en esa entrevista que es muy difícil detectar el dinero del narcotráfico en las campañas electorales, esto debido a que los partidos políticos “cuadran las cuentas que tienen que demostrar en papeles”, en informes. Sin embargo, el dinero en efectivo, cuando se detecta, todos los partidos políticos se “echan la bolita”, porque llevan acarreados y les dan dinero en efectivo, porque cuando contratan a un cantante y le pagan en efectivo, de dónde salió el dinero para los ‘acarreados’ y el grupo musical, eso se maneja en efectivo y hace más difícil detectarlo a través de los órganos oficiales.
Por eso es plausible que el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, en su visita a Ciudad Victoria, a propósito de la reunión nacional de consejeras y consejeros presidentes de los organismos electorales, haya anunciado, lo que ya había propuesto yo en esa entrevista, hacer visitas 'en campo' para la posible detección de recursos ilícitos en las campañas electorales de los partidos políticos para el proceso electoral 2012, lo que redundaría en garantizar la equidad en la contienda electoral y contribuiría, a su vez, a tener un instituto más confiable y sólido, a propósito de la última encuesta, en la que el IFE 'cayó' en la percepción de la ciudadanía, de estar en un 22%, de por sí ya bajo, a un 14% de 'muy confiable', el nivel más bajo desde su creación.
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