Elecciones 2016: la consolidación de la alternancia local
Autor: CIDAC
Fuente: CIDAC
Chihuahua
Gráfica 1. Intención de voto en Chihuahua
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas CONFIRME y GCE.
Oaxaca
Gráfica 2. Intención de voto en Oaxaca
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero, GCE, NSS Oaxaca, Votia.
Gráfica 3. Intención de voto en Puebla
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero, Indicadores SC, Más Data, MEBA y Mercaei.
Veracruz
Gráfica 4. Aprobación de Javier Duarte
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas de El Financiero.
Gráfica 5. Intención de voto en Veracruz
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero y Diario del Istmo.
Conclusión
Autores: Carlos De la Rosa, Ximena López, Mireya Moreno, Jorge Ramírez y Rafael Vega
Coordinadora: Mariana Meza
Editora: Lorena Becerra
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Las Elecciones más allá de sus Candidatos
Fuente: CIDAC
El pasado 3 de abril marcó el arranque oficial de las campañas
electorales que renovarán los distintos niveles de gobierno en doce
entidades federativas. Las contiendas locales pondrán a prueba la
viabilidad de los candidatos independientes, la fortaleza de partidos
nuevos como Morena, y exhibirán la presencia del voto de castigo de los
ciudadanos hacia sus gobernadores salientes. Las elecciones en estados
como Chihuahua, Oaxaca, Puebla y Veracruz se definirán fuertemente en
torno a dos ejes: la alternancia política y el rechazo de los ciudadanos
hacia el partido en el poder. El desarrollo de la contienda electoral,
así como su desenlace, determinará en buena medida el panorama de cara a
2018, por lo cual cada una de estas contiendas tiene gran peso para los
distintos actores políticos.
El estado de Chihuahua ha sido gobernado por el Partido Revolucionario
Institucional a partir de la salida del exgobernador panista, Francisco
Barrio Terrazas, en 1998. Los triunfos del tricolor y sus distintos
aliados han sido considerablemente holgados. Como demuestra la Gráfica
1, tanto en las elecciones de 2004 y 2010, los candidatos priistas han
triunfado por más de quince puntos de diferencia. Sin embargo, tras seis
años de gobierno, la figura de César Duarte, ha estado plagada de
controversias y denuncias de corrupción, uso indebido de recursos
públicos y peculado. El acelerado y poco transparente crecimiento de la
deuda estatal durante el gobierno de Duarte ha dado lugar a acusaciones
de enriquecimiento ilícito y corrupción. Asimismo, la deuda estatal
aumentó en 233% al pasar de 12 mil 547 millones de pesos en 2010, a más
de 41 mil millones en 2015, sin traducirse en un mayor crecimiento a la
economía local lo cual ha creado un descontento entre la ciudadanía.[1]
Ante este escenario, los dos principales candidatos opositores, Javier
Corral del PAN y José Luis Barraza, candidato independiente, han
construido sus campañas electorales en torno a la promesa de llevar a
cabo un proceso de auditoría de las instancias de gobierno y castigar a
los funcionarios responsables de algún delito. En específico, Javier
Corral se comprometió a tener un gobierno que sea referente nacional en
el combate a la corrupción, transparente, sujeto al mayor y más abierto
escrutinio social en materia de compras y contrataciones de obras
públicas, con la finalidad de castigar y evitar los abusos que
caracterizaron la gestión de Duarte. De forma similar, la campaña de
José Luis “El Chacho” Barraza gira en torno a las promesas de atender
las altas tasas de violencia, corrupción e impunidad para poder castigar
todos los delitos, incluyendo aquellos que involucran a funcionarios y
autoridades estatales.
Más allá de las promesas de campaña de Corral y Barraza, las claves de
la elección se encuentran, en primer lugar, en la lucha entre el PAN y
el PRI, quienes van a la cabeza en las mediciones de intención de voto.
En segundo lugar, la presencia y fortaleza del candidato independiente
abre la posibilidad de que, en un momento dado, se pudiera gestar una
coalición anti-PRI entre Barraza y Corral. Es decir, que alguno de estos
decida retirarse de la contienda declinando a favor del otro candidato.
La alianza anti-PRI reformularía la contienda y, tomando en cuenta
algunas de las mediciones de intención de voto efectivo, sería capaz de
arrebatarle el estado al tricolor. La victoria del candidato priista,
Enrique Serrano, dependerá de su capacidad de desmarcarse del actual
gobernador, Cesar Duarte y de sus escándalos de corrupción,
endeudamiento y ejercicio irresponsable de los recursos estatales. Por
otro lado, la fortaleza de Corral y Barraza dependerán, de su capacidad
de presentarse como alternativas viables para castigar y evitar este
tipo de irregularidades en un futuro.
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas CONFIRME y GCE.
Oaxaca
La elección en Oaxaca se anticipa como una de las más competidas ya que
no solo cuenta con la presencia de los candidatos de los partidos
tradicionales. Además de las candidaturas de Alejandro Murat por la
coalición PRI-PVEM y PANAL y José Antonio Estefan por la coalición
PAN-PRD, las candidaturas de Salomón Jara de MORENA y Benjamín Robles
del PT se perfilan como divisivas de la intención de voto de los
oaxaqueños y han intensificado la competencia por la gubernatura (ver
gráfica 2).
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero, GCE, NSS Oaxaca, Votia.
Si bien la contienda en Oaxaca ha estado dominada por las negociaciones y
confrontaciones al interior de los partidos - especialmente en la
designación del candidato del PRD - la elección se plantea como una
oportunidad para evaluar el desempeño de Gabino Cué durante los últimos
seis años. Específicamente, la elección de Oaxaca tendrá como ejes de
discusión la evaluación de los gobiernos de coalición entre el PAN y
PRD, las acusaciones de corrupción del gobernador, y su capacidad para
enfrentar las movilizaciones sociales del magisterio y otros grupos de
interés de la entidad.
Los escándalos de enriquecimiento ilícito, desvío de fondos y corrupción
cobraron una mayor relevancia y presencia mediática cuando se publicó
que el gobernador, Gabino Cué, era el supuesto dueño de una mansión
valuada en más de siete millones de dólares en una zona exclusiva de la
ciudad. Por otro lado, las manifestaciones encabezadas por la sección 22
del magisterio- que iniciaron desde la discusión y aprobación de la
Reforma Educativa- han paralizado la entidad, han representado pérdidas
económicas, y han puesto en evidencia la incapacidad del gobernador para
regular las movilizaciones. La gestión de Gabino Cué se ha quedado
lejos de cumplir con las expectativas y promesas de 2010. Vale la pena
recordar que al tomar posesión, Gabino Cué prometió reducir los niveles
de pobreza e impulsar la economía oaxaqueña. Sin embargo, a casi seis
años de que inició su gestión, el número de pobres se ha incrementado y
la creación de empleos continúa rezagada.[2]
Estos acontecimientos han dado lugar a que las campañas de los
candidatos del PT y Morena se hayan inclinado a denunciar las
irregularidades y abusos de poder del gobernador y a plantearse como una
alternativa transparente y limpia frente a los partidos tradicionales.
Benjamín Robles del PT se comprometió a presentar y garantizar una
sanción contra el mandatario en caso de que se le comprueben los delitos
que se le adjudican. Por otro lado, Salomón Jara de Morena, se plantea
ante el electorado como una opción distinta a los candidatos del PRI,
PAN y PRD, como alguien capaz de combatir la pobreza y abatir la
corrupción que ha caracterizado a los gobiernos pasados. En este
sentido, ambos candidatos plantean ser una alternativa lo que han
ofrecido los grandes partidos en los últimos doce años en Oaxaca.
La presencia del candidato de MORENA, Salomón Jara, es una de las
particularidades más importantes de la contienda oaxaqueña y podría
resultar crucial para el desenlace de la elección. El crecimiento de
MORENA en la entidad se ha mantenido constante desde 2015, cuando
desplazó al PAN al cuarto lugar de las preferencias en las elecciones de
diputados federales. Asimismo, de acuerdo a las tendencias de las
distintas encuestas de intención de voto, el partido de Andrés Manuel
López Obrador tiene posibilidades de llegar a la gubernatura, o al menos
a consolidar a MORENA como la oposición más fuerte en Oaxaca. Este
resultado no es menor ya que representaría un triunfo para MORENA y lo
consolidaría de cara a las elecciones de 2018.
Por último, la candidatura de Alejandro Murat, hijo del exgobernador
José Murat, por la alianza PRI-PVEM-PANAL, ha cuestionado los resultados
de la alianza PAN-PRD. De acuerdo al candidato priista, la alianza no
cumplió con sus promesas y “le falló” a los ciudadanos oaxaqueños. En
este sentido, el candidato priista representa una opción para reprobar
la gestión del gobierno de Gabino Cué y busca conseguir una de las
victorias más complicadas para el PRI.
Puebla
La elección de Puebla es singular ya que el triunfador de la votación
del 5 de junio estará en el cargo de gobernador únicamente por un
periodo de un año ocho meses. Esta entidad cuenta con una lista nominal
de 4.2 millones de ciudadanos- la segunda más grande entre las que
cambiarán de gobernador el próximo 5 de junio. Además, el actual
gobernador, Rafael Moreno Valle, es una de las figuras que han comenzado
a enfilarse hacia el 2018 y los resultados de la elección determinarán
su viabilidad a futuro. Si el grupo morenovallista, representado por el
candidato de la coalición PAN-PANAL-PT, Antonio Gali, no logra mantener
la gubernatura, las posibilidades de Moreno Valle de competir por la
candidatura presidencial del albiazul se reducirían considerablemente.
Al igual que en Oaxaca, la elección en Puebla girará en torno a la
evaluación de Moreno Valle, quien llegó al poder gracias a la alianza
electoral PAN-PRD en 2010. Entre los principales reclamos a la gestión
de Moreno Valle se encuentran los escándalos por comprometer recursos
públicos por más de cincuenta años, gracias a la creación de un
fideicomiso con el impuesto sobre la nómina (ISN) para poder garantizar
el pago de sus grandes obras. La poca transparencia en torno a los
fideicomisos público-privados y al manejo de los recursos públicos ha
contribuido al desgaste de la figura del gobernador y ha puesto en
evidencia la opacidad en los manejos de las finanzas estatales.
Por otro lado, la controversia que generó la aprobación de la “Ley
Bala”, como se conoce a la legislación que contemplaba el empleo de
armas en el uso de la fuerza pública en Puebla, desató en su momento un
gran rechazo en la entidad. El descontento con la “Ley Bala” se agudizó
luego de que un adolescente de 13 años de edad falleció durante la
dispersión de una protesta, y terminó por provocar que se diera marcha
atrás a la norma. Si bien Moreno Valle acordó dar marcha atrás a la
aplicación de la ley, el tema dio lugar a cuestionar el respeto a los
derechos humanos del gobernador.
Como demuestra la gráfica 3, el panorama electoral de la entidad
presenta una contienda reñida entre el candidato panista, Antonio Gali, y
la candidata priista, Blanca Alcalá. Entre los retos más importantes
para el Gali, destaca, en primer lugar, la necesidad de poder blindarse
de los reclamos sobre los abusos de derechos humanos en la entidad. En
segundo lugar, el candidato panista debe de ser capaz de consolidar un
proyecto de gobierno que, si bien se basa en la continuidad de la agenda
de Moreno Valle, no dependa únicamente de la popularidad de la figura
del gobernador entre ciertos sectores de la ciudadanía. Para el caso de
Blanca Alcalá, uno de sus principales desafíos se encuentra en poder
separar su candidatura de la figura del exgobernador priista, Mario
Marín- quién gobernó entre 2005 y 2011 y pasó a la historia como uno de
los gobernadores más corruptos de nuestro país.
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero, Indicadores SC, Más Data, MEBA y Mercaei.
Veracruz
La figura del gobernador Javier Duarte ha sido una de las más
cuestionadas en la agenda pública a nivel nacional. Los recurrentes
escándalos de inseguridad, evasión fiscal, el enriquecimiento ilícito, y
el desvío del presupuesto en la entidad, han generado un descontento de
la ciudadanía hacia el gobierno del priista Javier Duarte. De acuerdo a
la encuesta de El Financiero, el 72% de los veracruzanos desaprueban-
total o parcialmente- el gobierno de Duarte (ver Gráfica 4).
Las campañas de los candidatos de oposición, Miguel Angel Yunes, de la
alianza PAN-PRD, y Cuitláhuac García, de MORENA, se han enfocado en
resaltar los distintos episodios de corrupción, abuso de poder, opacidad
y desvío de recursos por parte del gobernador. Miguel Angel Yunes
informó que denunció penalmente ante la Fiscalía del Estado al Duarte y
miembros de su gabinete por lavado de dinero, evasión fiscal y la
presunta utilización de recursos públicos para enriquecerse. Además, en
caso de resultar ganador en la contienda, ha prometido llevar a cabo un
proceso de auditoría y revisión de las cuentas públicas para poder
castigar a aquellos funcionarios responsables.
Por otro lado, el candidato del PRI-PVEM-PANAL, Héctor Yunes Landa,
inició su campaña buscando distanciarse de la figura del gobernador,
correligionario suyo. Es evidente que la figura de Duarte representa un
pasivo para la candidatura priista y es una de las razones por las
cuales la oposición se encuentra con cierta ventaja sobre Yunes Landa.
De acuerdo a las encuestas más recientes, la intención de voto por
Miguel Ángel Yunes es de 43% frente al 35% por Héctor Yunes (ver gráfica
5). En esta entidad, la elección estará definida, en gran parte, por el
papel que juegue el gobernador en cada una de las campañas. Es decir,
el triunfo de la oposición dependerá de su capacidad de plantear
alternativas viables a los problemas de corrupción y violencia que
azotaron la entidad durante los pasados seis años. Por otro lado, si el
PRI quiere acortar la distancia con la oposición y evitar la alternancia
en el estado que cuenta con el mayor porentaje del padrón dentro de las
que tienen elecciones en 2016, deberá de ser capaz de deslindar a su
candidato de la sombra de Duarte que, hasta el momento, parece debilitar
la candidatura de Héctor Yunes.
Fuente: Elaboración propia con datos de las encuestas El Financiero y Diario del Istmo.
Conclusión
Las elecciones a gobernador en Chihuahua, Veracruz, Puebla y Oaxaca
serán cruciales ya que no sólo atraerán la atención a nivel nacional
debido a lo reñido de las contiendas, sino que también definirán hasta
qué punto los ciudadanos están dispuestos a castigar los malos
gobiernos. Es decir, estas entidades demostrarán si el voto de castigo y
la alternancia, más allá del partido que se encuentre en el poder,
permanecen como una constante en el panorama electoral mexicano. Estos
estados tienen la particularidad de contar con gobiernos priistas
(Chihuahua y Veracruz) y gobiernos producto de las alianzas PAN-PRD
(Puebla y Oaxaca), por lo que, una posible derrota de los gobiernos en
turno transformaría transformaría los equilibrios de poder de cara a las
elecciones de 2018. Asimismo, esta elección es una segunda prueba para
los candidatos independientes, especialmente en Chihuahua, y para
MORENA, en Oaxaca, y permitirá medir las fuerzas de estas nuevas figuras
en el sistema electoral nacional.
Autores: Carlos De la Rosa, Ximena López, Mireya Moreno, Jorge Ramírez y Rafael Vega
Coordinadora: Mariana Meza
Editora: Lorena Becerra
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Las Elecciones más allá de sus Candidatos
[1] Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Deuda estatal, 2015.
[2] La profundidad del rezago de Oaxaca http://www.animalpolitico.com/ blogueros-blog-mexico-como- vamos/2016/04/12/la- profundidad-del-rezago-en- oaxaca/
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